Esto de hacer bodas es algo que tengo en la mente desde años atrás. No me había decidido antes por muchas razones, la mayoría tontas quizás alguien pudiera decir. Por una parte sólo tengo un lente y en aquel momento cuando priginalmente quise hacerlo no tenía flash, además de que los matrimonios son ceremonias que en mi libro han perdido credibilidad, entre otras cosas y no era algo que me llamara la atención atestiguar. Mucho menos el tener que lidiar con tanta gente. No voy a decir que luego de ver esta boda a través de la perspectiva fotográfica recuperé mi fe o algo por el estilo. Fue raro, percibí a los novios auténticamente felices y muy cercanos el uno del otro. Se supone que esto debería ser obvio pero lo normal, para los que no nos hemos casado aún y sólo conocemos el punto de vista del invitado, es ver a los novios con cierta distancia. Digamos que a lo lejos se ven contentos pero también estresados y si los conoces de antes y resulta que son rumberos, y en nuestro país esto es casi una regla, quizás verlos celebrando bailando y bebiendo, no sea un cambio muy drástico a salir con ellos cualquier otro día. Sólo que ahora los vemos mejores vestidos. El fotógrafo de bodas, supongo, y en buena parte así lo hice, debe permanecer lo mås cerca posible de los novios durante el día. Documentando, al menos, todo el ritual, pre y post. Esto te da un punto de vista que es más cercano al de los novios que a cualquier otro, porque hasta los padres en algún momento deben irse a peinar y vestir y tienden a perderse cosas. Es algo muy agradable de presenciar, concluí. La gente está de muy buen ánimo y la ansiedad que acompaña el proceso es muy parecida a la ansiedad de los niños que esperan la llegada del niño Jesús.
Esta fue una buena primera experiencia. Me sentí bastante cómodo. Tenía miedo de que no iba a dar la talla. Revisando el material quedé muy conforme con los resultados pero aún falta que lo vea el cliente y también falta ver el trabajo impreso. Esta última parte es la que más aprehensión me genera por ser la que menos puedo controlar, en principio, por falta de conocimiento al respecto. Ese día éramos un equipo de tres personas y una de ellas maneja este asunto todos los días, así que es muy posible que todo termine saliendo muy bien.
Esta fue una buena primera experiencia. Me sentí bastante cómodo. Tenía miedo de que no iba a dar la talla. Revisando el material quedé muy conforme con los resultados pero aún falta que lo vea el cliente y también falta ver el trabajo impreso. Esta última parte es la que más aprehensión me genera por ser la que menos puedo controlar, en principio, por falta de conocimiento al respecto. Ese día éramos un equipo de tres personas y una de ellas maneja este asunto todos los días, así que es muy posible que todo termine saliendo muy bien.
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