Friday, January 2, 2009

Mi sentido araña está vibrando



Luego de dar el Felizaño 2009 en familia, mi hermano y yo, buscamos a Carlos en su casa y nos fuimos a casa de los suegros de Alejandro. Ahí estaban Patty y los suyos, por supuesto, también Neil y Edilma que habían llegado antes de las doce. Allí recibieron el año nuevo entre “rituales paganos” como los catalogó mi bajista. En general pasamos un buen rato en aquel lugar. Si quisiera ser cursi y predecible diría que en aquella casa se sentía el calor de hogar, pero no tanto porque allí estuviese la familia de mi cantante sino porque los que quedamos en encontrarnos después de las doce, somos familia de alguna manera y así se sentía. La nuestra no era la reunión navideña donde va la tía que es demasiado ruidosa y tiene que hablar tres veces más duro que todo el mundo y no te queda otra sino soportarlo sino donde está la gente que has escogido para que sea tu círculo más cercano. La gente a la que buscas para que se rían contigo de ti mismo.

No obstante, lo primero que nos recibió en esta casa fue esta araña que estaba en la entrada. Su red tenía fácilmente unos cincuenta centímetros de diámetro y en el medio estaba ella, inmóvil, con su cuerpo afilado. Parecía estar hecha de aluminio. Quién sabe por qué no habían quitado esa telaraña, tampoco pregunté, supongo que yo tampoco la hubiera quitado. Aparte de lo prácticos y beneficiosos que son los arácnidos también son tanto o más divertidas de ver que una pecera.

Antes de irnos de esta casa, tomé una migaja de una señorita que me estaba comiendo y la arrojé a la red, la araña reaccionó tan rápido a las vibraciones de la tela que pareciese que hubiera visto en el aire el pedacito de pan que le arrojé. Se desplazó desde el centro de la tela hasta el lugar donde había quedado atrapada la migaja que arrojé; ahí, supongo, le inyectó el veneno para inmovilizarla. Me pregunto si habrá guardado la migaja o la habrá desechado, me hubiera gustado ver eso.